miércoles, 15 de enero de 2014

El Avispero


Comentario XX y XVI (Juan Gelman, en Comentarios y Dibaxu)



Cuando esté muerto
oiré todavía
el temblor
de tu saya en el viento

alguien que leyó estos versos
preguntó: ¿cómo así?
¿qué oirás? ¿qué temblor?
¿qué saya?
¿qué viento?

le dije que callara
que se sentara a mi mesa
que bebiera mi vino
que escribiera estos versos.

cuando esté muerto
oiré todavía
el temblor
de tu saya en el viento.

 (Dibaxu, 1994)



Tomaron a un hombre y dijeron
lo echen de vos pero no muera/alzaron
el corazón de este hombre tirándolo
contra el mundo o dolor

y allí ardió por un rato
y se apagó y no resucitó como un perrito/ o sea
que no movió la cola después
de su pelea con la noche/ni levantó la cara/

ni dijo adiós/ ni fue verde
ni escribió nada en el aire
ni estalló como un árbol
ni fue convertido en ámbar/ no

ni hizo sombrita/ ni le creció yerba/
ni le usaron un hueso para tocar la flauta/ y
la única música que dio
fue su tristeza crepitando

tristeza grande como un animal/
como tu ausencia/ como cielo
dónde los pájaros pasaban
temblando bajo el sol.

(Comentarios, 1982)